Parroquia de San Andrés. El actual templo, construido en la segunda mitad del pasado siglo, se asienta sobre el solar de una antigua edificación religiosa de estilo gótico-mudéjar de la que sólo se conserva la portada colocada en el interior y constituida por un arco conopial adornado con bolas.

Museo de la Matanza. Los útiles más antiguos relacionados con las tradiciones culinarias de Los Pedroches permanecen expuestos de forma permanente en este museo etnológico. La matanza, principal sustento de las familias de la comarca durante siglos, aseguraba la alimentación para gran parte del año. Esta actividad era al mismo tiempo un ritual en el que, junto a la música, se utilizaban toda una serie de utensilios para preparar las diferentes partes del cerdo, grandes recipientes para condimentar los embutidos y todo un amplio repertorio de mesas y enseres básicos para llevar a cabo esta práctica milenaria.

Centro Termal Los Pedroches. Antiguo silo edificado en los años 60, se ha convertido en un Centro Termal donde se combinan las técnicas más avanzadas de termalismo y estética con las peculiaridades arquitectónicas de este tipo de construcción. Las antiguas celdas se han convertido en piscinas, baños turcos, saunas,…Y las tolvas en depósitos de almacenamiento de biomasa, con la que se hacen funcionar las instalaciones. El Centro Termal, con 3.400 m2, cuenta con amplias y numerosas salas y espacios comunes, destinados a diferentes usos, lo que le convierte en un lugar único para el descanso y el bienestar.

Ermita de la Magdalena. Situada en el interior del cementerio municipal, es de nave única y se posiciona como una de las ermitas más bellas de la localidad. Conserva en su interior una bonita talla de Santa María Magdalena.

Ermita de San Sebastián. La Ermita de San Sebastián está situada junto a un mirador desde donde se puede disfrutar de unas bonitas panoramicas del pueblo y su entorno. El edificio actual, aunque muy modificado responde a las iglesias de arcos transversales típicas de la zona. De una sola nave, ha perdido su primitiva cubierta de medio cañón con arcos fajones que descansaban en pilares de piedra, estos últimos se han conservado si bien han desaparecido los arcos perpiaños. El exterior presenta contrafuertes. Fue reconstruida por suscripción popular en 1976, según se lee en una lápida en el muro de la epístola.