Ermita de la Virgen de las Cruces. Se haya situada junto al más importante yacimiento arqueológico de toda la comarca, en un enclave que a sido lugar de culto desde el pasado más remoto. La ermita está dividida en tres tramos por arcos perpiaños que arrancan de pilares contrarrestados exteriormente. La cabecera del templo es un añadido posterior y aparece cubierta por una bóveda rebajada asentada sobre pechinas. La portada principal está muy remarcada por la existencia de un pórtico sobre columnas. En su interior también destaca al existencia de un baptisterio paleocristiano por inmersión, que se encuentra situado en la sacristía de la ermita y que viene a poner de manifiesto la antigüedad de la dedicación religiosa de este espacio situado junto al paraje El Soto.

Yacimiento arqueológico Majadaiglesia. La posición del Cerro de Majadaiglesia, en medio de dos principales vías romanas que atraviesan el territorio junto a los numerosos restos hallados, indican un poblamiento desde comienzos del primer milenio A.C. hasta la época tardorromana, es el mejor argumento para situar en este lugar a la antigua Solia.

La secuencia de este asentamiento es muy amplia, dado que se ha encontrado material paleolítico, neolítico, de la Edad del Bronce, e ibérico, con un momento de mayor desarrollo en época romana, especialmente tardorromana y cierta continuidad en el medievo mediante la presencia de un centro religioso.

Otros hallazgos los constituyen los restos de El Soto, en el camino de Majadas y Arroyo de Santa María.

De posible origen griego, entre los siglos V y IV a.C., es un relieve procedente de El Cato, que tal vez perteneciera a la base de una estatura y representa una escena protagonizada por la diosa titular de Eleusis, Deméter, la Ceres romana. En Santa María además existen construcciones hidráulicas de la época medieval.

El calvario: Uno de los lugares de mayor interés paisajístico es el Calvario, un lugar con tintes bíblicos que conserva intacta su fisonomía. Un rincón en el que podemos reconocer el olivo y la cruz, en un espacio privilegiado dentro del pueblo, por su altura que permite ver una bella panorámica de la localidad por un lado y de la dehesa por otro lado.

Parroquia de Santa Ana. Edificada en el siglo XVI, la iglesia fue construida con gran sencillez, hecho que confirma su interior dispuesto en torno a única nave dividida en cinco tramos por arcos fajones apuntados, siguiendo un esquema que, por repetido en el ámbito de Los Pedroches, no deja de ser sumamente atractivo. En su fachada destacan una serie de voluminosos contrafuertes que enmarcan y delimitan la portada más vistosa del templo diseñada por Hernán Ruiz II, que remarcó el aire elegante de este acceso con unos adornos esculpidos en el arco de medio punto que da entrada al templo.

Antiguos lavaderos públicos: Entre la arquitectura civil de El Guijo aún se conserva uno de los elementos más cotidianos del pasado como son los lavaderos públicos. Situados en la zona conocida como Los Pozos de los que se surtían los lavaderos, era un lugar de reunión pública entre las mujeres que acudían a lavar la ropa, y de los hombres que regresaban del pastoreo con las reses y les daban de beber en los abrevaderos que se conservan en el mismo lugar.