Piedra pequeña, erosionada por el tiempo desde su amanecer en Majadaiglesia, donde importantes vestigios arqueológicos nos descubren un poblamiento en este cerro desde el primer milenio a.C. Su pequeña placita alberga la sencilla parroquia de Santa Ana y en sus alrededores la Ermita de la Virgen de las Cruces, donde se conserva un baptisterio paleocristiano que delata el origen sagrado de este lugar desde la antigüedad, junto al Paraje del Soto, poblado de eucaliptos y olmos. Un paseo por EL Guijo nos transporta a una isla de sosiego y tranquilidad, de sencillez y simpatía de sus gentes, hospitalarias siempre, pero sobre todo en las fiestas de la Virgen de las Cruces, de San Pedro y Santa Ana, y a compartir el relleno y la rosca de piñonate.

Del esplendor romano de estas tierras dan buena prueba los restos aparecidos en el yacimiento arqueológico de Majadaiglesia, un área de fuerte tradición mariana como demuestran documentos castellanos del siglo XII que hacen referencia a este espacio bajo la denominación de Villa de Santa María. Toda el área geográfica de El Guijo pasaría a depender tras la reconquista cristiana del señorío de Santa Eufemia, adquiriendo gran importancia como puerta de entrada a Córdoba Real Soriana y de la Mesta que se bifurcan en el pueblo, una hacia Extremadura y otra hacia el interior de Andalucía.