Este pequeño pueblo es posada de la inquieta Virgen de Guía en cuyo honor celebra en primavera una gran romería llena de costumbres y tradiciones, donde se puede degustar el vio de pitarra fabricado artesanalmente así como las morcillas lanchegas. La iglesia de Santa Catalina es el templo principal, pequeño pero de bella hechura, enclavada en la plaza Sotomayor y Zúñiga, donde también se encuentra la antigua venta de los Duques de Béjar. La leyenda nos cuenta que el famoso bandolero Juan Palomo tenía su guarida en las cercanías de esta localidad. Resulta especialmente agradable y reconfortante pasear por sus calles de blancas casitas así como por el paraje natural de “El Charcolino”.
La fuerte explosión demográfica sufrida por Los Pedroches durante el siglo XV dio origen al nacimiento de este pueblo vinculado desde aquel momento al condado de Belalcázar, y por tanto, con una historia común a los municipios de este señorío. Fuente la Lancha fue aldea de Hinojosa hasta 1.820, momento en el que consiguió su título de villa. El origen del topónimo “lancha” puede proceder del nombre dado a las piedras de granito de forma plana que afloran a la superficie. La escasa dimensión de su término ha provocado que su población haya sido siempre muy limitada. Las blancas fachadas de las casas de este pueblo contrastan con el granito de jambas y dinteles, lo que proporciona a las calles de esta pequeña villa una impronta muy característica.