La Parroquia de Santa Catalina es el templo mayor de la ciudad, en la que destacan sus imponentes volúmenes de granito. Sus orígenes son de finales del s. XV, aunque se van sucediendo ampliaciones de la misma entre los siglos XVI al XIX culminando con la monumental cúpula y la construcción de la nueva torre. Se conservan algunas piezas de orfebrería del s. XVIII de la puerta de decoración barroca de la sacristía.

El continuo crecimiento de Pozoblanco ha hecho que se transformen en parroquias antiguas ermitas como la de San Sebastián en 1888 y la de San Bartolomé, la más antigua, representación de la típica ermita serrana de una sola nave con grandes arcos apuntados de granito Estos edificios religiosos junto a la Ermita de San Gregorio o la de San Antonio y el Hospital de Jesús Nazareno, que alberga una talla barroca de gran valor histórico y artístico, forman el principal itinerario de este municipio.

Su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía en el 2001, ofrece al visitante uno de los espectáculos andaluces más bellos y singulares como “El Pregón” (auto sacramental). Destacan también la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores, integrada solo por mujeres, la escolta de soldados romanos a caballo o la mujer con hábito propio formando filas de penitentes.

Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esta capilla fue erigida en 1606, su estilo barroco aún se mantiene después de la intervención que sufrió en 1931. En su interior guarda la imagen de Jesús más antigua de la ciudad, además, alberga una importante colección de obras de arte del XVIII, tales como una Dolorosa, una Virgen de Belén, y otra Virgen del Mayor Dolor.

Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esta capilla fue erigida en 1606, su estilo barroco aún se mantiene después de la intervención que sufrió en 1931. En su interior guarda la imagen de Jesús más antigua de la ciudad, además, alberga una importante colección de obras de arte del XVIII, tales como una Dolorosa, una Virgen de Belén, y otra Virgen del Mayor Dolor.

Ermita de San Gregorio: Data del siglo XVII, en la salida de la localidad dirección a Añora. Es de planta rectangular y tiene tres naves separadas por arcos de medio punto que descansan sobre columnas de granito. El techo es de madera y la cubierta es a doble vertiente. La nave central es más amplia y elevada que las laterales. La portada principal tiene un arco de medio punto, de sección rectangular formado por 7 dovelas y la flanquean dos columnas adosadas al muro.

Parroquia de San Sebastián: Antigua ermita construida en el siglo XVI, fue convertida en parroquia en 1888. A pesar de que en el siglo XIX sufrió grandes reformas, su interior aún conserva la estructura original. Esto es, una sola nave con arcos de medio punto que se elevan sobre pilares adosados. El retablo que preside la estancia es neobarroco, de tres calles, y acoge la imagen de su titular: san Sebastián. En su interior destaca el cuadro con la imagen del Perpetuo Socorro, obra de influencia bizantina que contrasta con la imaginería religiosa popular de la zona -caracterizada por un mayor realismo.

Sala expositiva Marcos Redondo: Ubicada en la Casa de la Viga desde noviembre de 2007, la Sala Expositiva de Marcos Redondo alberga documentos, fotografías y condecoraciones pertenecientes al gran maestro. Su familia tuvo la generosidad de de ceder esta importante colección a su ciudad natal.

Marcos Redondo, es uno de los personajes más insignes de esta ciudad. Nació en 1893 y su vocación musical despertó pronto. Empezó primero como seise de la catedral de Ciudad Real, ciudad donde vivió tras la temprana muerte de su padre. Después cursó estudios de violín, piano y canto. Incluso en la prestación del servicio militar, formó parte de la banda de música del batallón de cazadores de Reus. Allí conoció a la que sería su futura esposa, Mª Dolores Bosch y Nogué.

Su extraordinaria voz, de barítono le llevó a debutar en el Gran Teatro de Madrid interpretando la Traviata de Verdi en 1919. Cinco años después se inició en el género de la Zarzuela donde cosechó durante años un clamoroso éxito.

Casa del Pozo Viejo: El edificio que está detrás del pozo viejo y que pertenece al Ayuntamiento de Pozoblanco, es la sede de la peña flamenca. En su fachada, es llamativo el dintel labrado que enmarca la puerta, el cual nos permite recordar la historia de la Santa Inquisición; cuyo máximo apogeo tuvo lugar durante la edad moderna. En las villas de la comarca, el Santo Oficio tenía a comisarios que velaban por la Fe y el control de la población. Los comisarios eran los delegados de la Inquisición, sus informadores.

Para remarcar su tarea, plasmaban su rango y calidad en los dinteles de sus casas; de tal modo que todo aquel que pasara por delante reconocía que la casa estaba consagrada al servicio. Éste es el caso de este dintel, en el que vemos un alfiz con las armas de la Iglesia y del Santo Oficio: las llaves en Sotuer se coronan con un birrete eclesiástico.

Cruces de granito: Pozoblanco se encuentra salpicada de varias cruces de granito que originariamente marcaban el límite geográfico del municipio. Las cruces eran puntos de referencia para los que llegaban a la ciudad. Alguna servía como lugar de oración para caminantes; en otras se pagaba tributo para entrar. El hecho es que todas simbolizan un pasado histórico y forman parte de un patrimonio histórico monumental.

Monasterio de Pedrique. En uno de los parajes más singulares de Los Pedroches se asienta este antiguo eremitorio hoy convertido en taller, residencia y museo del escultor Aurelio Teno. El resto del conjunto ha sido ampliado con nuevas salas expositivas, centro de recepción de visitantes y aula de conferencias totalmente equipada.

Plaza de Toros. Quizás uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad gracias a que cada septiembre, este coso conocido popularmente como “El de los Llanos” reúne a las mejores figuras del toreo. Además esta plaza cuenta con una Sala Museo en la que se repasan los instantes más importantes que ha vivido a lo largo de sus casi 100 años.

Ermita de Jesús de la Columna: Destaca por su fachada, labrada en granito, y en estilo manierista, de 1704. Se trata, sin duda del mejor exponente del barroco manierista de la ciudad. Su interior también sigue las pautas arquitectónicas barrocas, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón.

Ermita de San Antonio: Situada en uno de los extremos de la ciudad, esta ermita que, en origen se llamaba de Santa Marta, se erigió en el siglo XVI. Dos siglos después se restauró, momento en el que se colocó el empedrado del pequeño pórtico que protege su portada adintelada. Desde este lugar puede observarse uno de los atardeceres más bellos de la zona.

Ermita de la Virgen de Luna: Situada en la Dehesa de la Jara, la ermita fue construida en el siglo XIX para venerar a la patrona del municipio, La Virgen de Luna. La ermita contiene numerosos vestigios de la cultura serrana de la zona, está dividida en tres naves con crucero rematado en un cúpula y en su exterior presenta la entrada porticada con columnas de granito.

Parroquia de San Bartolomé: Es la ermita más antigua de la ciudad, pero la parroquia más joven, convertida para tal fin en 1954. Data del siglo XIV, su interior de una sola nave se compone de cinco arcos de granito ligeramente apuntados sobre pilares de la misma piedra. La primitiva ermita estaba orientada, como todas, con el altar hacia el este. Sin embargo, al ser convertida en parroquia, el primer párroco –D. francisco de Paula Ruiz-, señaló lo inapropiado de que una parroquia diera la espalda a su barrio. Ésa fue la razón por la que se procedió a girar la iglesia. El arco de medio punto que encontramos nada más entrar es el primitivo arco triunfal de acceso al presbiterio.

Teatro El Silo: Inaugurado en septiembre de 2006 y concebido como un gran espacio que da cabida a diferentes actividades culturales en Pozoblanco. El Proyecto de Ejecución contempla la construcción de un edificio de nueva planta, anexo al antiguo edificio del Silo, construcción realizada a mediados del Siglo XX por el Servicio Nacional de Trigo, para almacenar cereal.

Atendiendo a la sensibilidad de algunas asociaciones culturales en contra de la demolición de dicho edificio, El Silo, y dada su tipología arquitectónica de considerables proporciones y aire catedralicio con un gran impacto en el paisaje urbano de Pozoblanco, se lleva acabo su integración en el Espacio Escénico con una muy acertada y original rehabilitación.

El resultado es un conjunto articulado en tres volúmenes principales donde la torre, con una fuerte carga representativa, actúa como contrapunto vertical a la evidente horizontalidad del resto de los volúmenes donde se integran la impresionante sala de espectadores, el escenario, los espacios técnicos….

Del antiguo Silo se han conservado varios elementos, entre otros, la maquinaria, que se puede ver a través de grandes placas de metacrilato, y los enormes almacenes de más de 15 metros de altura.

Casa de la Viga: Edificio construido en el solar que ocupaba la vivienda considerada tradicionalmente como la más antigua de Pozoblanco. Su nombre responde a la enorme viga tallada en una sola pieza de madera de encina que se usaba como sujeción del tejado y que se puede contemplar todavía al ser incorporada a la actual construcción.

En su primera planta alberga la Sala Expositiva de Marcos Redondo, en la que podemos ver objetos personales, documentos y distinciones que le fueron otorgadas a este eminente barítono que nació en Pozoblanco en 1893.

La vivienda cuenta además con elementos propios de las casas típicas de la sierra como: una gran chimenea de centro del hogar, una estrecha escalera de granito que accede a la cámara, una cantarera, un patio con pila de granito y pozo con brocal de barro cocido; e incluso, en algunas zonas de la techumbre, podemos observar la cubierta tradicional a base de tiguillos, cañizos o tablas, que soportaban una capa de tierra y jara sobre la cual se colocaba la teja.

Ciudad del Ocio: Sin lugar a dudas, Pozoblanco cuenta con otra serie de atractivos especialmente destinados a los aficionados de la práctica deportiva y del turismo activo, que convierten la ciudad en un destino hecho a medida para todos sus visitantes. En la “Ciudad del Ocio” Pozoblanco pone a su disposición instalaciones para la práctica de la pesca club de aeromodelismo, campo de tiro, club hípico así como el primer club de golf municipal de España. Un conjunto de posibilidades que se ve complementado con la existencia de un camping municipal, enclavado en plena dehesa como el resto de equipamientos antes mencionados, una circunstancia que permite un contacto pleno con el medio natural.

Un paseo por Pozoblanco nos lleva hasta algunas de sus calles que cuentan con unas magníficas edificaciones de la media y alta burguesía desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX, como la calle Benedicto XV o la calle Fernández Franco. estas casas, en su mayoría de tres plantas, se muestran con un cierto aire palaciego. Aquí la planta noble es siempre la 1ª planta, en la que vemos profusión de balcones, y a menudo, el balcón central está cerrado con cristales.

La calle Fernández Franco presenta una variación de la arquitectura en las fachadas. La parte alta de la calle tiene ejemplos muy característicos de fachadas del siglo XVI; esto es, edificaciones de una sola planta con los vanos decorados con granito. Las puertas visten sus dinteles con moldurones o con tallas imitando los góticos arcos conopiales.En la parte baja de la calle están ubicadas algunas de las impresionantes casas de la burguesía pozoalbense. Se distinguen por decoración ostentosa de granito donde los balcones destacan por sí solos.