Armas y arado. Raíces ancestrales de Mogabar, antigua fortaleza medieval y aún antes, asentamiento en la Baja Edad Media. Una de las Siete Villas de Los Pedriches, pueblo ganadero, cuyas blancas y recogidas calles invitan a no romper el silencio y a embuirse en una paz que resulta inalcanzable en la febril actividad de la ciudad. Entrar en la medieval casa-museo de la Posada del Moro es entrar en la historia de Torrecampo y de Los Pedroches: herramientas, enseres, esculturas y demás vestigios arqueológicos testigos de un intenso pasado minero, agrícola y guerrero junto a diversas pinturas de gran valor histórico. Otros lugares de interés son la Iglesia gótico-mudéjar de San Sebastián y el Santuario de la Virgen de las Veredas,la patrona, donde se celebra cada año, en primavera, una multitudinaria romería. Aquí se preparan los más exquisitos platos populares: cachorreñas y migas abajás, junto a la refrescante melocotonada.

Torrecampo, municipio integrado durante siglos en el órgano administrativo de las Siete Villas de Los Pedroches, debe a su posición geográfica buena parte del protagonismo del que gozó durante siglos como paso obligado en el camino real duque unía Córdoba con la corte. Este hecho explica la presencia de la ermita de Santa María de Gracia, que para muchos estudiosos fue una antigua sinagoga que prestaba auxilio espiritual a los judíos que transitaban por el mencionado camino real.