
Antes, Villanueva del Marqués. Morada de la Virgen de Guía y de la omnipresente cigüeña. Agujereado su término por una intensa actividad minera en el pasado siglo. Hoy, numerosos pozos abandonados han quedado como testigo de un esplendoroso pasado como El Soldado, en cuyas casas mineras nació Aurelio Teno, escultor de reconocido prestigio internacional, o las Morras, primero explotación de galena argentífera de Europa. Otros cuatro pueblos comparten la adoración a la Virgen de Guía y han hecho de la ermita centro de sus devociones marianas. En torno a ella celebran los villaduqueños sus fiestas mayores al recibir con danzas la imagen de regreso de Hinojosa del Duque. Otro edificio interesante es la parroquia de San Mateo. Sus platos surgen mayoritariamente de las tradicionales matanzas de las fiestas populares: relleno, lechón frito, migas y cachorreñas.
Villanueva del Duque fue fundada en los siglos bajomedievales, aunque este territorio tuvo una notable importancia durante época árabe, ya que en su término asentó el clan bereber de Kazna, como atestiguan los restos aparecidos en el denominado Castillo de la Morra. Posteriormente, junto al paraje denominado El Retamal, surgiría Villanueva de las Viñas, denominación que mantendría hasta 1533, cuando pasó a llamarse del duque a consecuencia del enlace matrimonial entre el conde de Belalcázar y la duquesa de Béjar. En 1631 recibió de manos de Felipe IV el título de villa, independizándose de esta forma de la vecina localidad de Hinojosa. Villanueva del Duque vivió su mayor época de esplendor en las primeras décadas del siglo XX, gracias a la riqueza minera de su subsuelo que dio lugar a importantes explotaciones como las del Soldado o Las Morras, en cuyo camino se encuentra la ermita de San Gregorio, una edificación del siglo XVI.